Cómo construí una mentalidad tan poderosa que es mi guía en los momentos difíciles.
- Silvina Balquinta

- 27 may
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 17 nov
Por qué la inmediatez, el ruido y los "resultados mágicos" no me sirvieron para nada.

Te cuento lo que pasó.
En una sociedad que celebra la inmediatez y el ruido, lo que me impulsa es que cada día
seamos más lo que elegimos descubrir nuestro propio sentido, y crear un estilo de vida que
respete nuestros ritmos internos y lo que de verdad nos importa, o lo que yo llamo: EL
SENTIDO PROPIO.
Durmiendo tranquilos cada noche y despertando cada mañana con la felicidad de saber que
somos capaces de crear salud física, bienestar emocional y paz mental.
Pero no siempre lo vi así de claro.
Todo empezó en el 2007, cuando tenía la mala costumbre de tomar un medicamento diferente
para cada síntoma, y tenía muchos síntomas, ¡si me vieras en ese momento!, ¡andaba con un
maletín con cajitas de remedios para todos lados!
Y eso, porque no vivía como quería vivir.
Todavía recuerdo ese instante en el que decidí que yo estaría a cargo de mi salud y que dejaría
atrás esos síntomas.
Por mi cuenta.
Que es la cuenta que, de verdad verdadera, cuenta.
En todo momento sentía que debía seguir el ritmo externo, y me desconecté de mí, no me
escuchaba. Era como si yo misma me hablara en otro idioma.
Entonces, hice un trato conmigo: me iba a auto-sanar, sí, a mí misma. Así, como lo leíste.
Y me volvería fuerte por dentro, hasta el punto en que el entorno ya no iba a afectarme.
Estaba construyendo los cimientos, como una loca, obsesionada.
Reparándome todos los días por aquí y por allí.
Estaba decidida a vivir de una manera más amable conmigo, y a tratarme con mucha,
muchísima más amorosidad.
Y como era esperable, cada día me sentía mejor y mejor, y como ya no tenía los
síntomas/diagnósticos, de esos que “son crónicos, ¡ojo!, son para toda la vida, irreversibles”,
también iba dejando de tomar los medicamentos que tomaba, “que también eran para toda la
vida”.
Y todas esas afirmaciones eran verdad, porque sostenían aquella vida que yo estaba dejando
de lado.
La nueva yo estaba bien. Punto.
Me volví más fuerte y renuncié a la comodidad del sueldo fijo a fin de mes, que para mí era
una especie de esclavitud.
¿Y sabés qué pasó?
A la semana, todos me decían que había rejuvenecido 10 años. Y era verdad.
Me enfoqué en las sesiones de Biodescodificación, a las que luego se sumaron técnicas de
Mentalidad y Autoliderazgo.
Eso fue en el 2016, y desde allí, me acompaña esta idea: “No tengo jefes, yo soy la máxima
autoridad en mi realidad”.
(si les preguntás a un par de amigos, te dirán que desde muuucho antes, pero vos no les creas, exageran).
Y con el tiempo eso se convirtió en el mantra: “Yo soy la reina de mi vida”, y cada vez que
tengo dudas, todavía hoy me pregunto, “¿qué haría una reina en esta situación?
Y chin pun.
Compartí este mantra en tantas sesiones de Consultoría que ya ni recuerdo, con cientos de
personas, para acompañarlas a descubrir dentro suyo eso que las hace únicas y absolutamente
valiosas para la humanidad.
Las personas se volvían capaces de dejar de lado los miedos, las frustraciones, las culpas, para
tomar decisiones enfocadas en el estilo de vida que querían vivir, en el sentido que cada quien
quiera darle a su vida, en el sentido propio.
Ahora entiendo, con el diario del lunes, que mi búsqueda de sentido me llevó a la idea de
romper con lo externo como prioritario, romper con el “cumplir con todo”, y empecé a ser yo
mi prioridad en mi vida.
Ojo que esto no se trata de ser prioridad en vida ajena, aplica sólo en la propia vida.
Ahora entiendo que mi propio sentido, eso que de verdad me importa, siempre me estuvo
guiando.
Sólo tenía que aprender a escucharme y a elegir mis aventuras y mis compañeros de viaje.
El sentido propio siempre estuvo ahí.
Atreverse a escucharlo, eso es otra cosa.
Es para valientes.
Para corajudos tercos (porque no sale a la primera, hay que insistir).
Es como esa brújula que siempre apunta al Norte, pero el Norte no es un lugar en el mapa, es
eso que vos querés, es tu propio Norte interno.
Soy Silvina Balquinta, y soy la creadora de Descubrirse Hoy, que es un lugar para entrenar la
mente. Una especie de gimnasio mental.
Vivo en Argentina y me encanta tejer.
Aprendí a tejer en 2 agujas a los 5 años, y al crochet a los 6. Me enseñaron mi abuela y mi
mamá.
Tejo todos los días para recordarme la importancia de dar un paso a la vez.
Sin prisa pero sin pausa, esta es una de mis frases favoritas.
Y desde hace pocos años, incorporé otra: Antes hecho que perfecto.
Y cuando tengo un día malo me digo: Calma, esto también pasará.
Me gusta mucho leer y aprender, lo que sea.
Y las palabras me fascinan. Me fascinan tanto que a veces releo todo un libro para volver a leer sólo una frase, unas palabras que combinadas así me encantan, por ejemplo, La invención de Morel, de Bioy Casares (te lo recomiendo).

En Descubrirse Hoy enseño cómo sanar síntomas físicos, cómo liberar traumas, bloqueos emocionales, y cómo mejorar relaciones.
Mis propuestas integran Biodescodificación, Mentalidad y Autoliderazgo, en lo que yo llamo
Descodificación Irreverente para crear una Mentalidad con Sentido Propio y un Estilo de Vida con Ritmo Propio (la Descodificación más Irreverente del mundo mundial).
Te dejo como invitación el link al Desafío de 7 días para bajar la Ansiedad, EL CÓDIGO DE LA CALMA, un paso a paso que te permitirá desactivar tu Ansiedad y activar tu Calma, cada vez que lo necesites.
Acá está link que te lleva a ver los detalles
Moraleja: seguir tu SENTIDO PROPIO, te va a llevar a buen puerto. Y el precio, a la corta o a la larga, siempre es más barato.
