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La historia del Perro Curioso y de por qué tiene un blog.

Actualizado: 17 nov


De cómo una niña prefería ir a mirar las vacas en el campo, y luego llevaba a sus padres a la plaza.



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El Perro Verde era un programa de entrevistas, que se emitía cuando yo era chica

(hace muchos años que yo era chica).

A las 10 de la noche, para mi desgracia, porque yo lo quería ver y obviamente me mandaban a dormir.


Y yo espiaba.

(hay episodios en Internet, vas a ver que es aburrido para un niño, pero como estaba prohibido, lo quería ver igual)


Pasaba a buscar un vaso con agua. Me mandaban a dormir.

Iba al baño. Me mandaban a dormir.

De verdad quería saber qué decían en esas entrevistas.

La curiosidad me mataba.


Y después llegaba el fin de semana.

Mis padres, como tantos otros, querían llevarme a la plaza a jugar. Presumirme porque estaban muy contentos conmigo.


Y yo tenía otros planes. La plaza estaba bien, pero lo que realmente me gustaba hacer era ir al campo y sentarme en el pasto a ver las vacas. Sí, las vacas.


¿Qué encontraba de interesante? No lo sé.

(pero me sigue gustando cuando viajo y las veo desde la ruta, shhh, no digas nada)


Y mis padres preparaban el equipo de mates, una lona, y nos íbamos en el auto hasta que encontrábamos un campo con vacas cerca del alambrado, y nos sentábamos a verlas.

(los padres hacen cada cosa por sus hijos a veces).


Yo sabía que ellos se aburrían, pero esperaban calmados que a mí se me llenaran los ojos de vacas, y pudiéramos, ¡por fin!, irnos a la plaza a sentirnos "normales".


Así me gané el apodo, muy íntimo, de Perro Verde, sólo entre mamá, papá y yo

(y ahora vos, que estás leyendo esto) .


Y siempre me sentí un poco así, viendo las vacas cuando todos están haciendo otra cosa.


Tuve momentos en que fue muy difícil sentirme "rara". Intenté agradarle a alguna gente, siempre con malos resultados para mi salud y mi tranquilidad.


Parecer "normal", quiero decir, acomodarse a una norma, suele ser muy caro. Y se nota.


Porque lo que es, es, y lo que no es, no es.

Puede ser complicado pensar diferente a los demás, hacer cosas distintas. Pero es el camino que mejor me sale pensar por mí misma, decidir como me viene en gana, y hacer lo que considero yo.


Años después, abrazando la rareza de perro verde que corre por mis venas, te juro que lo disfruto cada día.


La verditud te da una libertad que no te puedo explicar con palabras.


La verditud hace que no le intentes agradar a nadie, excepto a vos mismo, que para eso estás, para apoyarte en las decisiones buenas y malas que vas tomando en tu vida.


La verditud hace que cuando otros deciden obedecer a campañas de lo que sea masivas, vos te lo pensás 2 o mil veces y si no te suena, no te suena y no hacés lo que otros hacen.


La verditud y la curiosidad son 2 cosas que me gustan mucho de mí. Lo que no lo puede una, lo puede la otra, y se complementan.


La curiosidad siempre te permite abrirte a nuevas posibilidades, a nuevas ideas, a nuevos puntos de vista.


Verditud.

Curiosidad.


Son 2 armas poderosas para descubrir que el verdadero valor sos vos.


Y capaz te interesa explorar tu Verditud o tu Curiosidad.

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¿Qué por qué el perro curioso tiene un blog?

Esa es fácil.


Porque le gusta escribir. Punto.

Si todo fuera así de fácil...








 
 

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