La decisión que me regaló semanas de paz mental.
- Silvina Balquinta

- 29 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 17 nov
Cómo una decisión puede convertir cualquier circunstancia en una tragedia, o te permite disfrutar de la vida, así como es.

Hoy hablemos de cómo una decisión simple, cotidiana, común y corriente, te puede llevar a la locura total o a la calma infinita de saber que vas por el mejor camino posible en ese momento.
¿Viste cuando viene la vida y te sacude?
Bueno, me sucede más seguido de lo que me gustaría.
Y en los últimos 2 meses hubo movimientos sísmicos en mi mundo, que si los ves uno por uno, son tan chiquitos que no matarían una mosca, pero… todos juntos y uno detrás del otro, mueven una montaña.
Y hubo que elegir, tuve que elegir, entre hacer cosas que amo, como escribir este blog y los correos diarios, pero que en sí mismas no son vitales, y hacer otras cosas cuyos resultados sí son vitales.
¿Te pasó alguna vez estar entre la espada y la pared?
Seguro que sí porque sos tan de este planeta como yo.
Yo elegí lo vital.
Y lo demás, quedó para después (que ese “después” es este “ahora” y por eso estoy escribiéndote estas líneas).
Y te voy a contar porqué funciona esto de elegir algo y sentirte feliz con eso.
Resulta que siempre pensamos que la felicidad viene de afuera,
“cuando gane más dinero, seré feliz”,
“cuando viaje a tal lugar, seré feliz”,
“cuando haga tal cosa…”,
“cuando conozca a tal persona…”,
completá vos esta lista con tus frases propias y vas a ver cómo te parece interesante.
Y cuando tenés que elegir entre opciones que no te van a hacer feliz, en sí mismas, siempre tenés el camino de “al carajo con todo, hago como quiero y voy a disfrutarlo”.
(tenés más caminos, es a mí que me gusta este)
Digamos que funciona elegir el camino que uno quiera.
Y yo elegí disfrutar de lo bueno que tienen los malos ratos.
Hace años que elijo disfrutar contra viento y marea.
Y si me preguntás si es fácil, ¿qué te voy a decir?
Contestame vos, ¿qué parte de la vida es fácil?
Bien, todos de acuerdo con que este loco mundo tiene sus altibajos.
Pero tomar la decisión revolucionaria, rebelde a más no poder, de ser feliz en medio del caos, bueno, eso es surfear en las olas de los altibajos y reírte de cuando llegás a la arena sin un raspón, y de cuando te atrapa la ola y parece que no te suelta más.
El resultado de todo esto, obviamente que es desentonar.
Desentonás en las reuniones, en tu barrio, con tus conocidos, con los cercanos y los lejanos, porque andás por ahí con cara de calmado, con cara de saber qué hacer cuando vienen curvas.
El miedo no te atrapa y esa es tu pequeña victoria cotidiana.
Un logro inmenso a fin de año.
¿Qué podés hacer, entonces, cuando el camino se bifurca y tenés que elegir entre malo y peor?
Te inventás un camino nuevo, el del medio, que siempre es poner en tu cabeza una mentalidad que te potencie.
Imagínate que tu mente te apoya en tus decisiones, y que no te critica ni te pelea, y que cuando viene a molestar, sabés mandarla a un rincón y seguís con tus cosas.
Te propongo que te vigiles, que observes tus pensamientos, y que cuando veas un pensamiento que no te gusta, lo cambies por otro que sí te gusta.
Una y mil veces, porque si hay algo terco en este mundo, es el cerebro.
Al principio no pasa gran cosa.
Pero hacelo unos días y después me contás.
Es gratis. Sólo hay que ponerle voluntad.
¿O creíste que algún mago iba a venir a regalarte felicidad, así como así?
Es una conquista diaria.
Y tu mejor herramienta es respirar profundo y encontrar esa idea molesta. Y cambiarla.
O también podés hacer el Desafío de 7 día para bajar la Ansiedad - EL CÓDIGO DE LA CALMA, con un paso a paso detallado para desactivar tu Ansiedad y activar tu Calma.
Acá está link que te lleva a ver los detalles.
PENSAMIENTO FINAL
Aunque la vida tenga altibajos, si sos un buen jugador, vas a disfrutar cuando estés arriba y cuando estés abajo también.



